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martes, 18 de septiembre de 2012

Discriminación y humillación máximas hacia La Rábita

El alcalde de Albuñol retiró el primer punto del orden del día del pleno extraordinario celebrado el pasado lunes 17 de septiembre. Con sus formas autoritarias y nada democráticas, Juan María Rivas (PP), lo retiró para evitar que fuera votado en Pleno y para que los rabiteños no se enteraran del asunto, que definitivamente va a salir adelante por decreto del alcalde (algo supuestamente legal?). El asunto consiste en que el ayuntamiento se endeude con un nuevo préstamo por más de 280.000 euros, para comprar el bajo del antiguo Banco Popular en Albuñol. Un nuevo ejemplo mayúsculo del trato denigrante y discriminatorio al que siempre estamos sometidos desde Albuñol.

Para La Rábita nunca hay dinero. Se cansan de repetirlo. Las mociones y proyectos aprobados desde hace meses y años caen intencionadamente en el olvido, a pesar de tanta falta que nos hacen. Albuñol quiere una Rábita hundida y paralizada, totalmente dependiente y sumisa a la gran capital. Quieren seguir robándonos nuestros impuestos y dineros para seguir engrandeciendo su pueblo, a costa de hundir el nuestro.

Desde el Ayuntamiento de Albuñol - y para eso todos los políticos albuñoleros están unidos- siempre dicen que en La Rabita no se puede hacer nada, porque no hay dinero. Nunca hay dinero para arreglar el Castillo, ni para el Campo de Fútbol de La Rábita, ni para el Pabellón Cubierto, ni para arreglar la Escuela ruinosa donde van nuestros hijos, ni para arreglar farolas, ni para adecentar calles, ni para poner la plataforma en el verano, ni para socorristas, ni seis mil euros para que se vea Canal Sur en La Rábita, ni para poner luces en las fiestas, ni para la banda de música de La Rábita, para nada, de nada, de nada.

Para La Rábita no hay nada, pero -¡oh sorpresa!-, sin mayor trámite ni dilación, la alcaldía de Albuñol propone que el ayuntamiento se endeude en 280.000 euros más para comprar el bajo del antiguo Banco Popular para dependencias municipales en Albuñol. Los rabiteños se lo pagamos también. Esa inversión sí es más prioritaria que cualquiera de las de La Rábita. Para Albuñol sí hay dinero y no hay problema en pedir un nuevo préstamo, de inmediato. Y para más agravio, existiendo dependencias municipales infrautilizadas en La Rábita -como el edificio Orlés-, que deberían aprovecharse. Pero claro, en La Rabita no puede haber nada municipal, somos ciudadanos de segunda.

Es sencillamente un insulto, una humillación y una bofetada a cada vecino de La Rábita. Nos tratan como a imbéciles. El que no lo vea es porque es ciego, o porque no quiere verlo. La Rábita sólo podrá progresar librándonos del humillante freno albuñolero, que nos pisotea para no avanzar, porque no quieren perder el chollo que somos para ellos. La solución es la ELA y la unión del pueblo. No es una cuestión de partidos políticos, ni de ideologías. Es una necesidad para todos y cada uno de los vecinos de La Rábita, que aspiren a vivir mejor, con dignidad y con todo lo que nos merecemos.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El alcalde pierde los papeles

Asistimos a una inaceptable deriva autoritaria y antidemocrática por parte del alcalde de Albuñol. Después de más de un año de legislatura, Juan María Rivas se asoma al abismo y demuestra su absoluta incapacidad para gobernar. Sobrepasado por las circunstancias, es incapaz de gestionar el ayuntamiento, de pelear con otras administraciones por lo que nos corresponde, de negociar y alcanzar el más mínimo acuerdo con los demás grupos. Aislado e incapaz, sólo entiende del ordeno y mando, y eso no puede ser cuando sólo se cuenta con 4 ediles.

La situación económica heredada es crítica, pero él tampoco esta sabiendo darle respuestas. Y lo que es mas grave, está utilizando la alcaldía con maneras dictatoriales para bloquear todas las iniciativas y proyectos del ayuntamiento, y atentar contra la propia institución. En este sentido se enmarcan las sistemáticas y continuas expulsiones de concejales de los plenos, simplemente por exponer ideas distintas a las suyas o, en el mayor de los desvaríos, por motivos tan absurdos como el llevar pantalones cortos. Esos concejales a los que expulsa representan a muchos vecinos, a los que se les coartan los más básicos principios democráticos. Intolerable.

Igualmente grave, es el sistemático incumplimiento por parte del alcalde de las mociones y propuestas aprobadas en los Plenos, que tienen fuerza de ley. Y así, el alcalde no ha movido un dedo por defender el proyecto de restauración del Castillo, por gestionar la recuperación de terrenos para el pueblo, por el proyecto de costas, por el campo de fútbol en La Rábita, por nada, de nada, aún estando aprobado en Pleno. Mas bien todo lo contrario, menospreciando y discriminando todo lo de La Rábita.

La última ocurrencia es la del referéndum. Es una nueva artimaña con la que trata de volver a torpedear el proceso de creación de la ELA. Sin embargo, ni el alcalde, ni nadie esta por encima de la ley, y lo que procede es su estricto y fiel cumplimiento. Este mes de septiembre, tras cuatro meses desde su aprobación legal en Pleno, debe votarse la propuesta de viabilidad de la ELA elaborada por el instructor designado. Si es ratificada, el procedimiento continuará, en los tiempos y formas que regula la Ley 5/2010 de Autonomía Local de Andalucía. Y ni no cabe ni referendum ni ninguna otra posibilidad que no sea la del estricto cumplimiento de la ley, le guste al alcalde o no le guste. Lo demás son otras cosas, totalmente ajenas al procedimiento rigurosamente tasado en la ley. Veremos que pasa, pero el secretario del ayuntamiento y el alcalde, que deben velar por el estricto y fiel cumplimiento de la ley, ya están advertidos de que no consentiremos un incumplimiento de la ley que, en caso de producirse -esperemos que no- perseguiremos de manera contundente, exigiéndoles las responsabilidades que se deriven por prevaricación o lo que legalmente corresponda.

El alcalde y su grupo del PP no quieren la ELA, no quieren a La Rábita, y se inventa lo del referéndum para poner una nueva zancadilla a la ELA. Un referéndum en el que por otro lado saldría un respaldo absolutamente mayoritario a la ELA, como los rabiteños -de todas ideologías-, han ratificado inequívocamente mediante firma ante notario, y en las urnas. Sólo cabe el estricto cumplimiento de la Ley, y que en este pleno se vote la memoria de la ELA, o atenerse a las consecuencias de su incumplimiento. El alcalde ha perdido los papeles y de él depende no quedar definitivamente desacreditado e invalidado para seguir como alcalde, si es que no lo esta ya. En frente tendrá siempre al PILR defendiendo a La Rábita y a todos los rabiteños.